jueves, 8 de noviembre de 2007

Circo (merecimientos)


Fue de allí,
de la digna mancha
de unos gorriones masacrados,
de las últimas notas de un himno al naufragio...

Crecieron como paredes detrás de los yuyos,
los distribuidores de limosnas,
los charlatanes de feria, los malagradecidos
los intrigantes, los entregadores, los trapisondistas,
los admirables, los traidores,
los que con todo respeto, los respetables,
los iluminados y su séquito de escorpiones,
los fieles cornudos y sus viudas,
los pajarracos del buen augurio,
los procuradores de ánimas.

Se establecieron como ángeles diestros,
los contaminadores de ilusiones,
los ilusionistas, los nobles fundamentos,
los fundamentalistas del odio,
la nueva era, la rancia prosapia,
los adoradores del viejo orden,
los malaleche, los onanistas piadosos,
los cachorros de lobo “inadaptados”,
los rebaños del cielo y el infierno,
los pirómanos de la liberación,
cierta forma de tomarse en serio
y la incertidumbre.

Fue de allí,
de las voces enmudecidas,
de las vestiduras rasgadas,
de las inundaciones y las vísperas.

Volvieron como tumores de sombras,
los hacedores de nostalgias,
los benditos y los muertos,
los alquimistas de la abnegación y la aptitud
los dueños de la estupidez impune,
los perros rabiosos, las sirenas,
los todopoderosos y sus lazarillos,
los mercaderes del amor, sus clientas,
las princesas destronadas, los ogros.

Descubrieron y conquistaron espacios,
los albaceas del miedo, la lástima,
(los que tienen y los que dan),
las deudas y sus deudos,
la tristeza y sus verdades,
la desesperación y la espera,
el temor a la soledad y la hipocresía,
los infelices y los culpables,
la desgracia de ser inocente.

Fue de allí,
cuando nos dimos cuenta
era demasiado tarde...
... y comenzamos a merecernos.



Pablo Martini (agostodosmilseis)

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